La circulación sanguínea

La circulación sanguínea

Nuestro corazón bombea entre 4 y 6 litros de sangre por minuto en reposo a través del sistema circulatorio. Una amplia red de vasos sanguíneos asegura el riego sanguíneo de todo el cuerpo de manera que todos los órganos y tejidos y hasta cada célula individual puedan ser suministrados con oxígeno y nutrientes vitales, y al mismo tiempo los productos metabólicos y de degradación puedan ser eliminados.

SISTEMA VASCULAR

Cuanto más alejados están los vasos sanguíneos del corazón, más ramificados y más pequeños se vuelven. Los vasos sanguíneos de gran diámetro son principalmente responsables del transporte y el flujo continuo de sangre, mientras que los vasos sanguíneos pequeños, también conocidos como microvasos, se encargan del abastecimiento de las células y del transporte de los productos metabólicos y de degradación.

Los microvasos incluyen las arteriolas, capilares y vénulas. Los capilares son los vasos de intercambio de nuestro cuerpo. Forman una estructura similar a una red, llamada área capilar. Cuando la sangre proveniente de las arteriolas más grandes, se reparte por los muchos vasos capilares en el área capilar, la presión arterial baja y la sangre fluye sólo a baja velocidad. A través de las paredes finas y semipermeables de los capilares, se produce entonces el intercambio de gas y sustancias entre la sangre y el tejido circundante. Posteriormente, la sangre continúa fluyendo a través de las vénulas post-capilares, a las que se ha vuelto a conectar el área capilar. La presión arterial y el flujo sanguíneo aumentan y la sangre finalmente llega al corazón a través de las venas agrandadas. El movimiento de la sangre en los vasos sanguíneos se denomina flujo o torrente sanguíneo. El flujo sanguíneo en el área de los vasos sanguíneos con diámetros inferiores a 0,1 milímetros se conoce en medicina como microcirculación.

REGULACIÓN DEL FLUJO SANGUÍNEO

El flujo sanguíneo puede ser regulado de forma diferente en los distintos segmentos vasculares. Existe una gran variedad de mecanismos reguladores tanto centrales como locales. Las señales para variar la amplitud de los vasos pueden ser transmitidas por nervios vasculares (neuronal), para transmisores químicos (hormonal) o mecánicamente a nivel local a través de contracciones musculares (autorregulación).

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